Mahía en ADM: “El país necesita un pacto educativo de largo aliento”

30 DE OCTUBRE

LA REPUBLICA

Por Marcelo Falca

En su primera exposición ante la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM) desde que asumió como ministro de Educación y Cultura, José Carlos Mahía trazó una panorámica sobre las principales políticas y líneas de acción de su gestión. Mahía defendió la necesidad de “construir una política de Estado en materia educativa y cultural”, con foco en la descentralización, la equidad territorial y la articulación institucional como ejes centrales.

El ministro planteó que la educación uruguaya enfrenta una coyuntura en la que “no basta con administrar el sistema existente”, sino que se requiere “repensar el modo en que el conocimiento, la cultura y las oportunidades llegan a cada rincón del país”. Según dijo, el desafío del próximo quinquenio será “revertir desigualdades estructurales” que, a su juicio, aún separan el acceso educativo y cultural de Montevideo respecto del interior.

“Tenemos que construir un Uruguay de iguales oportunidades, donde nacer en Tacuarembó, Treinta y Tres o Montevideo no determine las posibilidades de formación, desarrollo y participación cultural”, afirmó Mahía. En ese sentido, destacó que la descentralización no es solo una consigna administrativa, sino “una política de justicia social y de cohesión nacional”.

Descentralización: educación, cultura y territorio

El ministro subrayó que la descentralización es “la gran tarea inconclusa del Uruguay moderno”. Recordó que, pese a los avances logrados con la creación de centros universitarios regionales y el desarrollo de polos culturales en el interior, “sigue existiendo una brecha importante en el acceso a la educación terciaria, a la oferta cultural y a la infraestructura educativa”.

En ese marco, anunció que el MEC trabajará en tres líneas de acción prioritarias.

Primero, un fortalecimiento de la Universidad de la Educación que busca consolidarse como una institución universitaria plena, con presencia efectiva en los departamentos y con programas de formación docente que respondan a las necesidades locales.

Segundo, un plan de expansión cultural descentralizada, que incluirá la instalación de centros culturales regionales en articulación con intendencias y municipios, además del fortalecimiento del programa “Cultura en el Interior”. “La cultura no puede ser un lujo de las capitales. Es un derecho ciudadano que debe tener las mismas condiciones en todo el país”, sostuvo.

Y en tercer lugar, un nuevo esquema de coordinación interinstitucional que conecte al MEC con la ANEP, la Udelar y la UTU, para “alinear políticas educativas con visión territorial”, evitando superposiciones y fomentando sinergias. “No podemos tener políticas educativas que no dialoguen entre sí. La fragmentación institucional es uno de los mayores obstáculos para la equidad”, advirtió.

Educación como política de Estado

Mahía insistió en la idea de que “la educación debe dejar de ser campo de batalla política” y pasar a ser “una causa nacional”. Subrayó que el país tiene una tradición de debate educativo “a veces muy rica, pero otras veces demasiado encerrada en disputas ideológicas”, y llamó a construir consensos amplios.

“Los gobiernos pasan, pero los niños y jóvenes quedan. Y no hay proyecto de país si no hay un proyecto educativo compartido”, expresó. En esa línea, planteó la importancia de un acuerdo nacional por la educación, donde el Parlamento, los partidos, la sociedad civil y los docentes participen activamente.

El ministro reconoció los esfuerzos realizados en los últimos años en materia de infraestructura, conectividad y digitalización educativa, pero advirtió que “la calidad y la equidad siguen siendo desafíos centrales”. “Tenemos más conectividad, pero no necesariamente más aprendizaje. Tenemos más cobertura, pero no siempre más oportunidades. La pregunta que debemos hacernos es cómo hacemos que la educación pública sea un espacio de igualdad real”, señaló.

Fortalecimiento institucional del MEC

En otro tramo de su exposición, Mahía abordó el proceso de modernización del Ministerio de Educación y Cultura, al que definió como “una institución que requiere más musculatura para cumplir con su papel rector”.

Planteó que, para que el MEC pueda liderar políticas públicas de largo plazo, “debe fortalecerse su capacidad técnica, de evaluación y de diálogo interinstitucional”. Según explicó, la creación de unidades especializadas en gestión educativa y cultural será clave para mejorar la planificación y el seguimiento de programas.

Mahía también anunció que se revisarán los mecanismos de asignación presupuestal para proyectos culturales y educativos, con el objetivo de “dar transparencia, eficiencia y previsibilidad” a las inversiones. “No hay política pública sólida sin rendición de cuentas ni evaluación de impacto”, sostuvo.

Alfabetización y educación en cárceles

El titular del MEC dedicó un apartado especial a la educación en contextos de encierro, destacando el plan de alfabetización que se implementará en los establecimientos penitenciarios en coordinación con el Ministerio del Interior.

“Más del 60% de las personas privadas de libertad no completó la educación básica. Si queremos apostar a la reinserción social, tenemos que empezar por ahí”, afirmó. El programa, que se lanzará en 2026, buscará garantizar la alfabetización plena y el acceso a programas de formación profesional en todos los centros penitenciarios del país.

Mahía subrayó que esta iniciativa “no es solo una política educativa, sino una política de derechos humanos”. “La educación no puede excluir a nadie, y menos a quienes más la necesitan”, añadió.

En el plano cultural, Mahía reafirmó que su gestión buscará “democratizar el acceso a la cultura y fortalecer la identidad plural del país”. Destacó el papel de los museos, bibliotecas, archivos y centros de formación artística como “espacios de construcción ciudadana” y adelantó que se promoverán alianzas público-privadas para financiar proyectos culturales locales.

Asimismo, anticipó la creación de un Fondo de Cultura Comunitaria, que se financiará con aportes públicos y privados y estará destinado a proyectos de base territorial. “El arte y la cultura no son ornamentales; son parte del tejido social y del desarrollo económico”, remarcó.

Mahía señaló que el país debe “cuidar su capital simbólico” y que el MEC trabajará en políticas de preservación patrimonial y estímulo a la creación contemporánea. “Uruguay tiene una enorme riqueza cultural, desde su tradición literaria hasta sus expresiones populares. El desafío es integrar eso a un proyecto de futuro que convoque a las nuevas generaciones”, dijo.

Un país de conocimiento

En el tramo final de su presentación, Mahía resumió la orientación general de su ministerio en una idea: “hacer del conocimiento un bien común”. Según sostuvo, el país debe apostar a una nueva economía del conocimiento, que combine ciencia, innovación y cultura como motores de desarrollo.

“Estamos en un momento en que el conocimiento se convierte en la principal fuente de riqueza y de cohesión social. Si no reducimos las brechas educativas y culturales, estaremos profundizando las brechas económicas”, advirtió.

El ministro abogó por una alianza estratégica entre Estado, academia y sector productivo, orientada a promover la formación científica y técnica de los jóvenes, especialmente en el interior. “No hay descentralización verdadera sin educación superior de calidad en todo el país”, enfatizó.

Mahía cerró su intervención con un llamado a la corresponsabilidad social señalando que  “la educación y la cultura no son solo temas del MEC: son temas del Uruguay entero. De lo contrario, seguiremos discutiendo diagnósticos sin transformar realidades” y planteó que “la transformación educativa y cultural no depende solo de recursos, sino de una decisión colectiva de país”.