26 DE DICIEMBRE
EL PAIS
Por Agustín Magallanes
Álvaro Mombrú asumió hace una semana como rector de la Universidad de la República (Udelar) tras la sorpresiva salida de Rodrigo Arim del cargo que ocupaba desde 2018, que a partir del primero de marzo dirigirá la Oficina de Planeamiento y Presupuesto del gobierno de Yamandú Orsi.
El también decano de la Facultad de Química, que llegó a ser grado 5 con 35 años y acumula una vasta trayectoria académica, tomó las riendas de la institución que concentra el 75% de la oferta universitaria. En entrevista con El País desde su despacho de la avenida 18 de Julio, habló del perfil que buscará tener en esta etapa, los desafíos que enfrentará con el presupuesto, incluido el nuevo Hospital de Clínicas, y la oferta educativa en este contexto. Y que, en su nuevo rol, buscará aumentar el presupuesto de la universidad tocando varias puertas, «incluso» la de su antecesor.
—¿Cuándo se enteró de la posibilidad de que Rodrigo Arim podía alejarse de la rectoría?
—Al final del día lunes 9, en donde el propio rector Arim me convocó porque yo era parte en lo que tenía que ver con la toma de su resolución, porque como vicerrector era quien debía, de acuerdo a la ley orgánica, seguir adelante con su período.
—¿Cómo valora la intempestiva salida de Arim?
—Como universitario lo valoro muy gratamente porque se lo convoca al servicio del país, fruto de la valoración importante que se hace de sus habilidades, antecedentes y su capacidad de gestión.
—¿Se puede interrumpir su periodo de acá a 2026?
—El artículo 10 de la Ley Orgánica de la Udelar tiene previsto que en caso de vacante, el vicerrector se hace cargo del rectorado por lo que quede del mandato, o hasta que se haga una convocatoria de elecciones. Y así se designe un rector a través de una Asamblea General del Claustro, en cualquier caso, quien siga, quedará hasta el 10 de octubre de 2026.
—¿Cómo tomó este nuevo cargo?
—Bien. Para mí, primero que nada, es un honor.
—Sigue siendo además decano de la Facultad de Química…
—No interrumpo porque lo que prevé la ley orgánica es que el vicerector ocupa la vacante de rector y el vicerrector tiene que seguir con la razón por la cual fue invocado. Si ceso como decano, ceso como vicerrector y como rector interno. Entonces, en esta configuración yo debo seguir en las dos funciones, lo cual, para mí son un honor.
—¿Quiere continuar hasta 2026?
—Soy un servidor de la Udelar que está a disposición por el tiempo que esta considere. Me debo a los mecanismos de resolución que la universidad tome en este periodo y, por tanto, si hay elecciones en el medio, voy a estar lo que tenga que estar, y si tengo que terminar el mandato de Arim, también, con mucho gusto.
—De continuar, ¿cuál sería la principal prioridad de su gestión?
—Yo asumí esta posición sabiendo que se trata del periodo del rector Arim. Creo que la voluntad de quienes redactaron la Ley Orgánica es que sean los períodos completos, esté o no el titular. Lo que voy a hacer es seguir adelante las políticas que ya venía impulsando Arim. Mi intención es respetar la voluntad de la AGC que votó su reelección en 2022.
—¿Cómo podría resumir las líneas de gestión de Arim?
—Hay una política muy importante en lo que tiene que ver con la universidad en territorio y en movimiento. En el último CDC se aprobó el plan estratégico asociado a la solicitud presupuestal con vistas al próximo quinquenio, con un aumento de 52%.
—¿Qué prioridades debe colocar Udelar en su presupuesto?
—Una es la atención a la masa salarial porque tenemos un retraso importante, ya no a nivel regional, sino a nivel nacional. También la democratización de la enseñanza, para evitar las frustraciones entre los jóvenes. Y tercero el nivel territorial, porque se ha demostrado que muchas personas que quizás no iban a acceder a la universidad, terminan accediendo. Además, el nuevo Hospital de Clínicas, la extensión universitaria, entre otros puntos.
—¿Arim logrará subir el presupuesto de Udelar para revertir fallas que él planteó años atrás?
—Arim no lo va ni a intentar. Él está en un cargo al que se debe, al que tiene lealtad y al que como profesional va a defender la posición de lo que se le indique dentro de lo que es su trabajo en el futuro gobierno. A los que nos corresponde plantearlo es a nosotros. Contamos con la ventaja de que Arim conoce de primera mano las dificultades que hay, y que ante sus pares en el gobierno va a poder explicarlo mejor, pero no se le puede pedir a él que en su nuevo cargo tenga una actuación que no corresponde. Él es un profesional y se debe al gobierno al cual representa. Y nosotros nos toca ir a golpear varias puertas, incluso la de él.
—Lo cierto es que el plan estratégico tuvo casi la firma de Arim…
—Yo no sé si la firma porque en realidad fueron contribuciones de todos. Pero tuvo el liderazgo de Arim, sin ningún lugar a dudas, para cumplir en tiempo, de la mejor manera, colectivizando la información y las discusiones. Lo que corresponde es decir que cada uno vamos a estar en nuestra función, haciendo lo que corresponde a cada uno de nuestros cargos.
—El nuevo Hospital de Clínicas ha sido una prioridad para Udelar. ¿Cree que se va a concretar?
—Se está concretando…
—Pero falta aún una partida de unos US$ 60 millones…
Ya está transformándose el Clínicas. Uno valora mucho la calidad del edificio, porque durante muchos años era visto como algo negativo, pero se están logrando cosas excelentes, y hacen falta fondos adicionales para continuar adelante.
—¿Hay datos de que estará ese dinero?
—Lo buscaremos y creo que hay un compromiso para que pueda ser otorgada porque el Clínicas cumple un papel muy importante para la salud de la población.
—Varios decanos le marcaron a Arim en su salida que no llegó a modificar la ley orgánica. ¿Usted buscará cambiarla?
—Tengo que ser consciente que es un momento muy novedoso desde el punto de vista histórico e institucional, y que puede haber decisiones de convocatoria a futuros rectores. Sin embargo, más allá de esa lectura, es innegable que hay servicios universitarios que no tienen voto en el CDC y es una realidad que a esta altura del partido debemos tomarla en serio.
—¿Hay un punto disruptivo que no se esté manejando en la ley orgánica que le gustaría tratar?
—Hay situaciones que desde un punto de vista universitario moderno debemos encarar con otra frescura. Pero creo que aquí se me debe exigir, y está bien que así sea, una buena lectura de la realidad, del día a día, porque es un periodo en donde hay decisiones que se van a ir tomando y yo puedo o ayudar a lo que ocurra desde el principio de un nuevo rectorado, o perjudicar si hago un movimiento equivocado.
—La Udelar tiene un número alto de ingresos, con una baja del rendimiento en nuevos alumnos, lo que sube el rezago y abandono. ¿Se deben cambiar los planes de estudios y colocar una prueba obligatoria y refuerzos casi obligatorios al principio?
—Somos muy conscientes que hay un problema, que distintos servicios vienen midiendo desde hace muchos años. En 2024 se hizo un una convocatoria de proyectos que atendieran al primer año y cómo podían reforzarse los conocimientos que no estaban adecuadamente adquiridos antes. Pero somos conscientes de que el camino no pasa por el examen ni cambiar los planes de estudio. Hay una interfase en el medio y es ahí donde Udelar viene atacando y va a seguir atacando cada vez más fuertemente.
—¿Estamos hablando de refuerzos?
—De un refuerzo de conocimientos previos para tratar de ayudar a esta situación y cumplir con la democratización de la enseñanza universitaria, que todos puedan acceder.
—¿Le corresponde esto a la Udelar, además de sus cursos?
—Nos corresponde que todos quienes quieran estudiar aquí puedan hacerlo, y bajar los niveles de deserción y de frustración de los jóvenes. Sentimos que pararnos en una vereda de enfrente a simplemente reclamar ‘no llegan bien preparados’, no alcanza. Tenemos la responsabilidad desde que son estudiantes de la Udelar a tratar de ayudar lo más posible para un tránsito exitoso.
—¿La Udelar puede atender estos refuerzos?
—Tenemos que hacer el esfuerzo, no nos queda otra. Es una responsabilidad que tenemos como institución, y está planteado dentro de lo que es el plan estratégico. No se puede mirar para el costado y no podemos atribuir otro tipo de responsabilidades.
—¿Cómo observa la tasa de egresos?
—La tasa de egreso es la misma de todo el sistema universitario local. Lo cual no quiere decir que no seamos conscientes que debemos mejorarla, y de hecho el aggiornamiento al comienzo de los estudios, y una puesta al día con mejor calidad de formación.
—El censo 2023 arrojó que subió la población con nivel universitario, que es 12,6%, aunque expertos marcaron que esto aún es bajo. ¿Cómo observa esto?
—Cuando uno compara los números a lo largo del tiempo del país, sin duda se dio una suba importante. Pero a nivel internacional todos los países han aumentado mucho su nivel de matrícula porque se han dado cuenta que el capital importante no está en sus recursos materiales. Lo más importante para un país es su gente, y la calificación importante de su gente es lo que puede promover que un país avance. Entonces, desde ese punto de vista, a Uruguay le falta cuando uno lo compara internacionalmente.
—¿Qué orden de magnitud debería estar para ser más competitivos?
—Tendríamos que aumentar más esta tasa de crecimiento, de forma tal de que logremos en tiempos más cortos un crecimiento equivalente. Y eso se logra cuando un país toma la convicción de que es a través de los jóvenes calificados que realmente se sale adelante.
—Expertos señalan que la sociedad enfrenta desafíos con la inteligencia artificial (IA). ¿Udelar trabaja para que los alumnos entiendan su alcance, sesgo y tengan una mirada crítica?
—No en forma sistémica, pero existen en servicios donde de a poco está habiendo un interés muy importante en el tema, que no se puede negar. Sin dudas, en algún momento, convendría que la Udelar afronte una especie de grupo de discusión y de generación de ideas de lo que es la IA. www.elpais.com.uy
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