Gremios estudiantiles reivindican la diversidad con medidas de “lucha” a través de lo “lúdico” y lo “festivo”

30 DE SETIEMBRE

LA DIARIA

Por Camila Zignago 

Hoy es el último día del mes que conmemora la diversidad. Pasaron las marchas multitudinarias en distintos departamentos del país, los colores en las calles, los espacios de intercambio para profundizar sobre las reivindicaciones que persisten y los derechos que, aun adquiridos, hay que proteger.

Así lo manifestó la Coordinadora de la Marcha por la Diversidad: “Hasta que los derechos sean hechos” fue la consigna, que busca visibilizar que, “a pesar de la incansable lucha de los movimientos sociales para preservar las conquistas de la sociedad”, hoy “el país atraviesa un momento en el que se encuentran en constante riesgo”.

Entre todas las actividades que buscaron visibilizar y reivindicar la diversidad, estuvieron las impulsadas por adolescencias a través de sus gremios estudiantiles. El gremio del liceo IAVA (GEI), el gremio del liceo Zorrilla (GEZ) y el gremio del liceo Idea Vilariño (GEIV) fueron algunos de los que, durante varios días, manifestaron medidas de “lucha” de manera “lúdica”, “alegre” y con el propósito de que la diversidad pueda ser “celebrada” así como sucede en las marchas.

Días temáticamente diversos

La última semana de setiembre, los gremios estudiantiles del liceo IAVA y el Zorrilla realizaron la misma convocatoria, que, según contaron sus voceros, también es replicada en otros centros educativos: “La semana temática”.

Cada día de la semana tuvo una consigna de vestimenta distinta: en el IAVA, el lunes los estudiantes fueron vestidos de pijama, el martes lo hicieron de color monocromático en representación de la bandera de la diversidad, el miércoles, “formal”, el jueves, como si llegaran a “un lugar equivocado” y el viernes se vistieron con polleras, independientemente del género. “El pollerazo”, le llaman a esta última consigna de la semana, que también fue la que cerró la semana del liceo Zorrilla. Las temáticas en el Zorrilla fueron las mismas, aunque los días variaron, a excepción del “lugar equivocado”, que derivó en “disfraces”.

“Se cierra con el pollerazo porque tiene bastante trasfondo: se invita a que varones, mujeres y todos vayan de pollera en una forma de ir contra los códigos de vestimenta, que actualmente el IAVA no tiene, pero otros liceos sí, y se realiza para reivindicar la diversidad”, explicó a la diaria Lautaro Gutiérrez, vocero del GEI. De acuerdo al estudiante, “no está bien visto que los varones usen pollera” y la medida convocada “es una forma de transgredir esa percepción más tradicional y reivindicar a través de la vestimenta la diversidad, pero se extrapola a todo lo demás”.

Gutiérrez narró que “la mayor parte del estudiantado” se sumó a la actividad, que se realiza desde hace años. “Es generar conciencia: refiere a esa libertad que debe tener cada individuo de ser como sea, y también es una medida de lucha, pero también refiere a una celebración, como la marcha”, complementó.

La propuesta en el IAVA surgió desde los plenarios llevados adelante por el gremio estudiantil. Para el vocero, se trata de un espacio de “diálogo, reflexión y escucha”. Ya desde allí, por ende, consideró que nace la “reivindicación”. Asimismo, aseguró que la consigna también implicó convocar al estudiantado del liceo a asistir a la Marcha por la Diversidad del viernes.

“La semana temática” se trata de “mostrar, reivindicar, y también está muy relacionada con la lucha de las limitaciones de las vestimentas en el liceo. De ahí surge el pollerazo, pero también tiene que ver con que todos somos diferentes y está bueno que nos valoremos a todos: no se nos tendría que criticar ni reprochar por cómo somos o nos vestimos”, afirmó a la diaria, por otro lado, el vocero del GEZ, Camilo Catenaccio.

Comentó, además, que el día que el estudiantado fue disfrazado se hizo un concurso para así “reflexionar en el marco de la marcha con algo incluso lúdico y también intentar captar el ambiente de la marcha, que suele ser festivo”.

Lo audiovisual como vía a la reflexión

Más allá de cada día una vestimenta específica, Catenaccio contó que desde el gremio del Zorrilla convocaron para el viernes realizar “una pintada”, con música de fondo, en el marco de un paro activo. Esta vez, la convocatoria también abarcó a estudiantes de otros liceos. La idea: “Hacer una suerte de árbol de manos de varios colores” –a partir del mediodía de ese día– en demostración de “unidad y de que todos somos distintos, pero que convivimos en un mismo lugar, que formamos parte de una misma sociedad y que es necesario romper con las divisiones”.

En el liceo Idea Vilariño también hubo actividades en el marco de la diversidad, pero la reivindicación se eligió transmitir a través del cine: Anthony Bastos, vocero del GEIV, narró que con el permiso de la dirección del centro educativo coordinaron para utilizar el salón de usos múltiples y proyectar películas vinculadas a la temática.

“Hemos tenido una buena convocatoria del estudiantado”, esbozó. La iniciativa tuvo el fin de “dar una cierta visibilidad a las cosas que pasan”, como las distintas orientaciones sexuales, los vínculos sexoafectivos homosexuales y el orgullo de ser como se es. “Decidimos ir con el cine por ser un medio de expresión que la mayoría conoce y es muy entretenido, y porque mediante el contenido audiovisual, desde un lado más artístico y no tan formal, se pueden reivindicar un montón de cosas”, manifestó.

Una vez finalizada la proyección de las películas, contó que muchos estudiantes se quedaban y debatían al respecto. En esas instancias, dijo que varios estudiantes contaron “sus experiencias de discriminación”, vinculadas, sobre todo, a su vestimenta.

“Nos encontramos con que hay situaciones que de cierta manera atacan al estudiantado por ser diferente: a una compañera se la llamó a la casa y se le quería negar la entrada por cómo venía vestida, otros compañeros que reciben insultos por su forma de vestir. Sigue pasando y me parece horrible”, esgrimió Bastos.

Sin embargo, narró que, en el liceo, si bien “a veces no se entabla una diversidad”, otras veces sí. “Por suerte tenemos un equipo multidisciplinario con una psicóloga, una POP [profesora orientadora pedagógica] y una referente de educación sexual que nos sirve para acudir frente a estos momentos, y aunque no se nos da una solución inmediata, sirven de acompañamiento”, aseguró.

El abordaje y las reivindicaciones

Gutiérrez, en cambio, manifestó que el IAVA no cuenta con psicóloga ni educadora sexual y que, por tanto, la ausencia de un equipo multidisciplinario, como también sucede en muchos otros liceos, hace que sea “complicado” atender a la diversidad. Aun así, opinó que “con los años ha mejorado el panorama: hemos estado aprendiendo muchísimo y se puede notar a nivel general una tolerancia un poco mayor que antes, aunque claramente existen marginaciones a personas LGBT+, actitudes de docentes y compañeros que no respetan identidades y se burlan, pero cada día son menos y tiene que ver con esto de hacer escuchar y conocer los derechos y las reivindicaciones que se realizan”.

“No percibo que haya constantemente situaciones de discriminación, pero sí pasan situaciones, y cuando pasan, no hay una respuesta institucional clara”, aseguró, por otro lado, Catenaccio, en referencia al “poco apoyo” también por fuera del centro educativo. Al igual que Gutiérrez, hizo referencia a la falta de equipos multidisciplinarios “y apoyo terapéutico”, lo cual consideró que deja “desprotegidos” a los estudiantes, lo que se suma a que no existe “una formación clara para el manejo de la discriminación”.

“Ocurren situaciones en las que compañeros y compañeras se sienten incómodes, porque no se les respeta los pronombres, porque usan insultos por su sexualidad o reciben acoso por el cuerpo y no hay una solución clara ni real”, sentenció.

Por estas razones, Catenaccio enfatizó en que “todos somos distintos y está bueno valorar eso: festejarlo, porque convivimos, y esas diferencias generan las culturas, que ocurran espacios de convivencia; si todos fueran iguales no existiría el contacto humano, la diversidad”; “ahí nace la humanidad para mí: en la diferencia entre dos individuos”, resumió.

Bastos, por su parte, esgrimió que la reivindicación “central” del GEIV “es encontrar un liceo y una sociedad que no nos discrimine por ser diferentes o trate de inferiores a lo que no es normativo; poder habitar un liceo en el que no haya ningún tipo de discriminación”.

“Visibilizar la gran diversidad que hay dentro de la humanidad, hacer oír la voz y la lucha de muchos colectivos marginados y no escuchados a lo largo de la historia e invitar a celebrar la diversidad, no avergonzarse de ella, sino que de una forma alegre y orgullosa visibilizarla”, concluyó, como reivindicación del GEI, Gutiérrez.